Temas del Santuario
“Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo será a él Padre, Y él me será a mí hijo?” Hebreos 1:5
Se da comienzo aquí a una serie de citas del Antiguo Testamento para probar la superioridad de Cristo sobre los ángeles, iniciando con Salmos 2:7 “Mi hijo eres tu” y 2 Samuel 7:14 “Seré a Él por padre”.
La respuesta anticipada a la pregunta planteada “¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo será a él Padre, Y él me será a mí hijo?” es: A ninguno, nunca Dios ha dicho esto a ningún ángel, por lo menos no en la esencia de la intención de la pregunta. Dios nunca ha conferido a ningún ángel los atributos concedidos al Arcángel Miguel en ningún momento. Así también lo plantea el comentario bíblico adventista cuando dice:
"En cuanto al título "Hijo" aplicado a Cristo, ver com. Luc. 1: 35; cf. com. Rom. 1:4. El autor desbarata el argumento de algunos de que Cristo es sólo un ángel encumbrado. Si Cristo fuera realmente un ángel elevado a su condición de gloria, entonces Dios "habría dicho" a un ángel: "Mi Hijo eres tú"; pero Dios 'jamás" "dijo" esto a ningún ángel.”
Al parecer resultaba muy importante para la comunidad hebrea y aun para nosotros hoy, entender esta idea o mejor aún esta doctrina a cerca de la superioridad absoluta de Cristo y la nueva raza fundada por Él, hasta convertirla en la jerarca absoluta sobre cualquier otra criatura viéndola como el resultado de un proceso evolutivo iniciado desde cuando fue creado como “Arcángel Miguel” para luego pasar por los puntos identificados en el verso tres hasta llegar a convertirse en un Ser superior a cualquier raza, incluyendo la humana santa a la cual el mismo rescató o purificó, como se muestra en la expresión “se sentó a la diestra de la majestad de los cielos” .
En el sentido literal podríamos analizar por lo menos dos textos, ambos en Job, donde pareciera nombrarse a los ángeles como “hijos de Dios” lo cual podría contradecir de manera directa lo dicho hasta ahora en cuanto a que Dios nunca llamo “Mi hijo” a ningún ángel.
El primero es: “Un día vino a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”. Job 1: 6 y el segundo dice: “Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?” Job 38:7
El primero se refiere a un tiempo poco antes de la aparición de los patriarcas cuando se analizaba en un concilio celestial la situación de la tierra específicamente con el representante o espíritu de profecía de turno para ese momento como era Job. En ese contexto se reunió en plenaria todos “ los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.”, el arcángel rebelde y como se infiere claramente, debían también estar todos los demás seres creados llamados ángeles ya todos se les llama “hijos de Dios”.
Es muy sencillo notar como aun cuando ciertamente Dios llama a seres creados “sus hijos” no le da la connotación de contenido referida dentro del razonamiento generado en este capítulo del libro de hebreos en el cual la expresión “Mi hijo eres tú” carga sobre si la idea interpretativa de quien recibe la herencia de todo el universo junto con su autoridad a pesar de no contar con las capacidades originales para hacerlo, es decir, todas las criaturas debemos y somos asumirnos como "hijos de Dios” por creación pero el título de “Hijo” dado a Jesús después de haber encarnado y ascendido al cielo, no se refiere a ese hecho de provenir de las manos de Dios sino más bien a sus logros fuera de los mecanismos naturales dados por el Creador al momento de traerlo a la existencia.
En ese mismo sentido se puede explicar el segundo texto, en el cual la expresión “Y se regocijaban todos los hijos de Dios” incluye a todos los seres creados antes de la creación de la tierra al ser este hecho justamente el evocado como presenciado por todos ellos y donde de nuevo la expresión “hijos de Dios” se refiere solo a quienes provienen de su mano o de su acto creador.
Así no solo no hay ninguna contradicción en lo expresado en el verso 5, sí que incluso este texto nos permite hacernos conscientes de lo grandioso y diferente de este título tan natural y emotivo cuando se le aplica a Jesús quien lo eleva a una altura nunca alcanzada por ser vivo alguno, según el mismo Dios lo reconoció cuando expresó: “Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a ¿mi hijo?” Hebreos 1:5
Jesús es el primer ser en ganarse a pulso un estatus jerárquico para el cual no estaba capacitado de manera natural y por eso se le da el título de “Hijo”, con el cual se denota, no una consecuencia natural del acto creador sino más bien un reconocimiento proveniente de haber obtenido un gran logro a fuerza del uso de la voluntad propia acompañada de un esfuerzo personal y consiente impulsado, no por la búsqueda de ningún benéfico personal sino solo por serle útil y defensor la palabra de quien le resultado la única razón de su existencia: Su Padre.
Sin embargo también se puede notar como de manera literal en la Biblia, a excepción de estos dos textos, la expresión “hijos” o “mi hijo” en la mayoría de los casos aplicada a los individuos o seres descendientes por procreación de los seres humanos o a los descendientes “espirituales” de un Padre o Apóstol del evangelio, encontrándose también algunas ocasiones donde se le aplica directamente a Jesús cuando estuvo en la tierra o cuando se profetizaba su Encarnación.
La grandeza de Jesús por encima de todas las cosas y los seres creados, sean dominios o sean potestades, incluyendo la de Dios mismo, y más aún la forma como la administrada, se levanta ante nosotros como un emblema sagrado de esperanza, un camino abierto y legalizado por medio del cual podemos hacer posible la evolución y preservación de un universo estable formado por seres únicos cuya cercanía con Dios traspase el mismo hecho de poseer una naturaleza con vínculos genéticos heredados, hasta llegar a un reconocimiento jerárquico, al servicio. irrestricto y la entrega total a un Ser fuera de nosotros, sin condiciones, sin compromisos legales simplemente por Amor. Este tipo de ciudadanos o seres es determinante y absolutamente necesario para lograr la felicidad y el desarrollo pleno de la vida.
La raza fundada con esta nueva dimensión de relación con Dios es decir, con este nuevo concepto de “Hijo" instituido por Cristo, tiene como primeros candidatos a ser parte de ella a los seres humanos pecadores con naturaleza contraria a Dios al ser justamente esa condición la requerida por la profecía mesiánica para ser “hijos” bajo este nuevo concepto.
La naturaleza humana pecadora, nos coloca por tanto en la misma condición en esencias de la cual partió Jesús, no por tener Él naturaleza pecadora, sino por no contarnos con los recursos naturales necesarios para mostrar el carácter de Dios como si le habían sido dados a Luzbel como primogénito y jerarca de la creación dos.
Dentro de todos los seres humanos del planeta, siguiendo el patrón de comportamiento mostrado por Dios a lo largo de la historia de la humanidad hoy, muy especialmente la “Comunidad habirú” está llamada a ser los primeros en pertenecer a esta nueva estirpe de reyes y sacerdotes, de Pueblo santo cuya relación con Dios no proviene de una tendencia sino por el contrario la estableceremos a pesar de ellas.
Como organización social, debemos ser los primeros en negarnos a nosotros mismos y decidir, con todas las fuerzas de la voluntad, servir a un Ser a quien amamos más que a nuestra propia vida y por quien estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio hasta llegar a renunciar a nuestros derechos hasta lo sumo para serle útil a Él ya su causa. Es este el camino abierto por Jesús el cual está delante de nosotros hoy.
De Cristo dice el texto “Yo te he engrandado hoy” expresión proveniente de los labios de Dios eterno y creador con la cual, si seguimos bajo el hilo interpretativo traído, representa un reconocimiento de la Paternidad por parte de Dios de un ser nuevo, distinto al original creado por Él.
Dios se encontró por primera vez ante la formación de una raza la cual el mismo no había creado de manera directa pero que al reconocerla y evaluar su conformación ideológica y física podía verse a sí mismo como un Padre puede ver sus rasgos cuando mira a un hijo biológico pero aún mejor, cuando con su mirada profunda reconoció a Jesús observo algo superior a la misma obra de sus manos .
Con este reconocimiento “Yo te he engrandado hoy” de manera clara se dio la aprobación o legalización de existencia en el espacio universo de esta raza, desde allí y para toda la eternidad.
A este mismo hecho hace alusión Lucas 1.35 y Romanos 1:4 cuando dice: "… fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”, .
En estos dos textos se ve más claro como el reconocimiento de Jesús como “Hijo de Dios” no es el usual o común según el vínculo establecido por la creación y mucho menos por procreación describiendo la manera como fue dado el mismo: primero ejerciendo Dios su poder o autoridad, segundo los textos plantean este nombramiento como una obra futura provocada por el Espíritu santo manteniendo su línea de acción de impulsar la santidad o conformidad con la ideología divina y en tercer y último lugar se señalan tanto la Encarnación como Resurrección como inicio y final de un proceso de legalización en la tierra de la victoria rotunda de Jesús sobre el mal como la causa final por la cual se le confiere el título a Jesús Hombre de hijo de Dios.
“Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.” Hebreos 1:6
Ya se había dicho en el verso tres como la prueba final para darle a Jesús la supremacía del universo fue la purificación de nuestros pecados y ahora en este verso se vuelve a esta idea cuando dice “cuando introducir” haciendo alusión clara al momento cuando Jesús encarna en el mundo lo cual es símbolo de una realidad más profunda como es la introducción como raza de una obra no proveniente directamente de la mano de Dios
La Encarnación, vista desde el ángulo del cielo, fue la mayor renuncia presenciada en el algún momento en todo el universo. Alguien, quien había alcanzado la asimilación dentro de la preexistente raza divina solo con la utilización de la voluntad e impulsado por la fuerza del amor y de la renuncia voluntaria, ahora se despojaba de todos esos atributos y logros en el cual se incluía el mismo derecho de recibir adoración por parte de todos los seres creados como lo aclara este texto cuando dice “Adórenle todos los ángeles de Dios.”, motivado solo por el deseo de servir y ayudar a una raza imposibilitada naturalmente para evolucionar.
Solo quien había obtenido victorias evolutivas con condiciones similares podía tener la posibilidad de ayudar a esta raza, ese era Jesús y Él nunca se negoció a pesar de lo ameritado para ello.
Desde aquel momento, previo a la creación de la tierra, Jesús formó parte de la divinidad e incluso participó de manera directa en la creación del planeta tierra como ya lo hemos entendido. Aun así, llegado el tiempo, Jesús encarnó tomando de manera consciente un cuerpo de muerte con el cual se volvió a exponer al fracaso pues debía reiniciar la vida y volver a crecer pasando por las más duras pruebas en un mundo oscuro donde reinaba la ideología del mal.
Ese solo hecho ya era algo fuera de las capacidades naturales e incluso adquiridas por este ser maravilloso, convirtiéndose en el primero o “Primogénito” de una nueva raza de seres totalmente distinta a todo lo existente. Es a partir de este hecho insólito de la Encarnación cuando se pone en juego todo del universo tomando a Jesús sobre si la responsabilidad de legalizar la ideología divina como la mejor y Jesús como soberano y representante legal de todos y todo lo existente. Su triunfo seria el triunfo del universo pero también su derrota seria la derrota de toda la divinidad y su victoria seria el asiento legal para traspasarle a Él el Trono del universo.
Así, con esta orden de “Adórenle todos los ángeles de Dios”. se quiere destacar en este verso todo este contenido legal protagonizado por Jesús para ejercer como Dios en toda la plenitud de este término un ministerio donde la divinidad sería totalmente cubierta por la humanidad y sin ejercer nunca sus capacidades divinas lograr vencer todas las tentaciones y tendencias decadentes.
Su victoria en la tierra partió la historia del universo en dos y llevo a la realidad la posibilidad de conformar una sociedad universal plena y eterna según los deseos más benévolos de Dios Padre y Espíritu Santo. Todo esto también es aclarado por Pablo en su epístola a los Romanos cuando dijo:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinaba", para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinaron, a éstos también llamaron; ya los que llamaron, a éstos también justificaron; ya los que justificaron, a éstos también glorificaron.” Romanos 8:28-30
La expresión “Primogénito” utilizada en este texto de Romanos así como el de Hebreos proviene del griego prÇtótokos, el cual se emplea también en otros pasajes para referirse a Cristo (Ver Mateo 1: 25; Lucas 2: 7; Colosenses 1: 15, 18; Hebreos 1: 6; Apocalipsis 1: 5), con su uso Pablo pone énfasis en la posición de Cristo como precursor de una nueva raza de nuevos “Hijos de Dios” .
Bajo esta “nueva” modalidad de hijos lograda por Cristo, los seres humanos podemos tener acceso legal y victorioso para logar una evolución similar a la obtenida por Él, es decir, una victoria fuera de los parámetros normales esto solo siguiendo los pasos de Cristo como precursor de este tipo de evolución.
Ciertamente con una naturaleza pecadora no solo no estamos dotados sino incluso estamos imposibilitados para lograrlo pero gracias a tener legalizado un “Primogénito” se pone a nuestra disposición toda la fuerza y todo el poder emanado de su victoria, abriéndonos así un Camino a seguir para ser semejantes a Él, quien se convierte en una especie de “Hermano mayor” de una gran comunidad o raza particular de entre todos los demás “hijos de Dios” según los vínculos naturales de este título.
Como se puede inferir, el propósito final del “Plan de salvación” no es solo la salvación de los seres humanos sino por sobre todo formar una comunidad muy particular de donde emanará la salvación eterna y preservación durante todas las edades de la vida en todo el universo .
Esta comunidad o pueblo remanente final formará la familia modelo del Reino de Dios en el cual Dios luz será plenamente restituido para siempre como Dios del universo llevándose a la realidad el sueño más profundo y por el cual Jesús tanto ha luchado, a sable, manteniendo a su Padre sentado como majestad eterna de lo existente.
"Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, se claramente excepto aquel que sujetó a él todas las cosas, pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.” 1Corintios 15: 23-28
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:1,2
"Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos" Hebreos 2:10,11
Veamos ahora las implicaciones de la enseñanza de los versos 5 y 6 en cada una de las dimensiones del “Santuario”
"Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduzca al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios."
Resumen de la enseñanza de los dos versos:
Jesús ciertamente fue creado como un arcángel o ángel muy especial junto con Luzbel pero con menos capacidades de evolución o algo así. Con su ministerio, asumido desde la misma rebelión de Luzbel en el cielo, fue ganando victorias ideológicas sobre Él mismo las cuales lo hicieron acercarse cada vez más a la semejanza con el Padre supremo con lo cual se ganaba cierto nivel de “independencia”.
Fue tan grande su avance que se demostró, en un concilio celestial, su caso para ser reubicado en su estatus legal como ser creado y estos dos versos pudieron perfectamente ser la declaración final de este concilio, en el cual se tomaron las siguientes resoluciones:
1. Se declara un nuevo paradigma o conceptualización de la consideración de “Hijo” dando a este nombramiento una connotación de lucha contra las limitaciones naturales de la creación llegando a lograr victorias fuera del rango normal de sus capacidades naturales, así solo quien logrará esto se ganará este título de aquí adelante en, sin por esto dejar de tener vigencia el contenido conceptual anterior u original de ser genéticamente herederos de Dios por creación.
El texto asegura como este tipo de nombramiento bajo esta nueva connotación jamás se había dado otro ser creado (ángel) hasta ese momento: ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú…?
2. La segunda resolución tomada en este concilio fue aceptar el resultado final de esa “evolución” fuera de lo normal o misterioso (misterio de la piedad) como provocada, proveniente o “engendrada” por la misma labor de Dios a pesar de no tener Dios una conducción directa, absoluta o total injerencia sobre las decisiones tomadas por este ser al intervenir en primera instancia la decisión voluntaria del individuo quien la logró.
Así la expresión “Yo te he engrandado hoy” es un reconocimiento de la paternidad de un resultado evolutivo en la dirección correcta, la misma ley se aplica en sentido contrario o inverso como ocurrió con Luzbel el cual ciertamente fue creado por Dios pero no así su resultado evolutivo también anormal y misterioso ( misterio de la iniquidad ) con el cual se convirtió en Satanás el cual Dios no lo reconoce como engendrado por Él, ni mucho menos lo considera su hijo sino más bien padre de la mentira.
3. La tercera resolución del concilio celestial tiene forma de una reiteración o ratificación de la primera por eso se encabeza con la expresión “Y otra vez” para indicar un cierto énfasis a la legalización de la aceptación del “Nuevo” Jesús como una nueva modalidad de “Hijo de Dios” pero ahora colocando énfasis no en el título legal sino en la similitud de carácter o estructura mental/ideológica entre Dios como originador y Jesús como nuevo Ser, siendo este último un reflejo perfecto del originador con la ventaja de tener acceso directo al mundo real.
Esta es la base de esta segunda declaración con la cual se nota una profunda profecía de orden y permanencia del primer pacto entre Dios luz y tinieblas, proyectando para el futuro la ratificación como cabeza del universo de Dios Padre, esto después de terminado el conflicto asumiendo que ministras todo se resuelve los roles cambian tomando Jesús la preeminencia en todo el universo como se deja ver en tiempo del verbo en futuro de la declaración: “ Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo
4. El cuarto punto de esta hermosa declaración legal conciliar apunta ahora hacia reconocer ya no solo la victoria de un Ser sino ahora la iniciación de una raza de seres similar a Este a quien se “introduce” o se le asigna el rol en el mundo o universo en miniatura como “Primogénito” es decir es como si Dios antes de cerrar esta vía para que nadie más pasará a este tipo de posición tan cercano a Él como Dios Supremo y único, lo abre de par en par llegando incluso a incentivar y ayudar a formar toda una raza de seres similar a este prototipo inicial dejándolo a Él como el Gran primogénito: “cuando introduce al Primogénito”
5. La quinta y última declaración de este concilio denota aún una mayor entrega y así de grandeza de este Dios maravilloso al cual servimos describiendo como apreciando profundamente la victoria evolutiva de Jesús pasa a legalizar su “Adoración” pero como fue reconocido y nombrado como primogénito de toda una raza con Él llevaría a toda esa nueva raza se convertirá en toda una familia de Dioses para, a través de sus vidas individuales y comunitarias iluminarían el universo: “Adórenle todos los ángeles de Dios”.