Temas del Santuario


Al introducir a Cristo como “Primogénito” del mundo se logró una nueva dimensión de victoria, es decir, el nuevo reto asumido por Jesús aparejado con mayores obstáculos naturales le permitió legalmente sobrepasar toda expectativa y todo resultado anterior por lo cual el Dios preexistente le reconoce más allá del título de “Hijo” y con mucha reverencia “…dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.” 

Como se puede notar la superioridad de Cristo fue en aumento, ahora no solo se asimilo como parte de la divinidad como ocurrió con su primera victoria sino que es reconocido por el mismo Dios como el nuevo Jerarca absoluto del universo posición desde donde autoridad asume para establecer una nueva jurisdicción basada en sus méritos, es decir, en lo logrado más allá de sus capacidades naturales. 

Para apropiarnos de esos méritos se coloca como única condición la confianza o fe en Él y no la obediencia perfecta de la ley como era lo legal antes de la obra de Cristo lo cual nunca debe interpretarse como el abandono de la misma sino solo un medio alternativo para poder dar acceso a los cambios naturales indispensables para guardar la ley. 

Este cambio tiene como base la disposición natural del Dios creador y preexistente de desear ayudar a quien no lo merece, atributo llamado “Gracia” el cual nunca había sido evidenciado por la falta casi imposible de cubrir de la existencia de alguien superior a mismo originador de la vida. 

Por esta razón no fue sino hasta la entronización de su “Nuevo Hijo” en el Estrado del universo, descrita en estos versos pero cuyo respaldo original está en el Salmo 45 , cuando Dios se vio posibilitado de manifestar de manera clara y contundente, con actos muy prácticos su profunda humildad, benevolencia, responsabilidad y desapego a cualquier poder o autoridad incluso a la jefatura del universo creada por el mismo solo para solucionar la vida de sus criaturas. Fue Justamente al resultado de esta manifestación extraordinaria la cual parecía imposible a la que se le llamo “Gracia”. 

La concreción práctica de este atributo divino le dio sentido y legalidad a todo el Plan de Salvación . Al Dios permitir la asunción de parte de Cristo al único lugar desde donde nadie podía entrar se hizo posible “Salvar perpetuamente a quienes al Él se acerquen en busca del oportuno socorro” 

Definitivamente con lo enseñado en estos versos cambia excesivamente la condición legal de todo la Jurisprudencia divina sin por esto abandonar o doblegar ni un ápice el código legal anterior basado en principios eternos, santos, justos, buenos e inmutables. 

Es por medio de la ministración en el Santuario como todos estos nuevos recursos aportados por Jesús como primogénito de la nueva raza divina humana y muestran gracias a la revelación práctica de la “Gracia”, como la Trinidad puede impulsar o “forzar” de manera legal, sin ningún tipo de trabas producidas por el doble rasero del enemigo al momento de explicar los vericuetos legales, la evolución de los humanos pecadores y con ellos de todos el resto de los seres creados.  

En resumen: 

El nuevo camino  al conocimiento salvífico se concretó para siempre con la Ascensión de Cristo al Santuario celestial donde ahora ministra para dispensar su justicia “que es por la fe y no por las obras de la ley” constituyéndose así el Santuario en el centro mismo de los efectos de la Gracia divina razón por la cual resulta indispensable, a todos los que vivimos después de la primera venida, conocer esta doctrina y sus principios de funcionamiento ya que solo de esta manera podremos empoderarnos de los beneficios salvadores emanados desde este lugar para toda la tierra y para el universo entero. 

Desde el Santuario emana la influencia santificadora de la Gracia repartida en forma de Energía a través de la ministración subordinada ahora a Jesús del Espíritu Santo y de los ángeles a menor grado, esta energía vibrante tiene como fuente los “méritos de Cristo” los cuales son acreditados a nosotros al recibir esa energía de parte de sus agentes teniendo como condición para tener acceso a ella haberlo aceptado como nuestro Salvador personal. Con esta “cubierta” cualquier pecador arrepentido puede vivir como en la misma presencia de Dios llegando a conocerlo a través de su Palabra aun teniendo una naturaleza pecadora la cual nos impide legalmente guardar toda la profundidad de la Ley Santa.  

Gracias a los méritos de Cristo logramos la obediencia a la Ley, requisito eterno e inmutable para poder reiniciar nuestra relación personal con Dios, razón por la cual debemos apreciar y depender de ellos para así asimilar cada vez más estas acciones justas inducidas como semillas de santidad cuyo fruto inevitable será el cambio de naturaleza para al fin poder entrar en la nueva Jerusalén. 

Intercesora: Manera como Dios realiza, gracias a la ministración en el Santuario celestial, el proceso de restauración. Dando detalles de las variables accionantes en el mismo; fuente, capacidades, formas de obtenerlas, leyes por las cuales de rigen tanto a nivel individual como corporativo. 

El proceso de restauración a partir de la entronización de Jesús en el universo sufrió un fuerte y definitivo impulso, antes de esto los ángeles y el mismo Miguel, muy especialmente después de asimilado como uno igual a Dios, habían venido realizando un trabajo muy importante de preparación para el ministerio terrenal de Cristo. 

En este tiempo se preparó por ejemplo, entre otras cosas, a los descendientes de Noé para organizar con ellos el linaje a través del cual se concretaría la expresión mínima de sociedad teocrática pos diluviana con el fin de conservar el conocimiento ideológico político de Dios Padre y Espíritu en la tierra sirviendo de “banco genético” para el cuerpo con el cual se manifestaría el Salvador del universo. 

Ya antes del diluvio se habían casi perdido esos mismos esfuerzos debido a la mezcla entre los hijos de Dios y los hijos de los producidas hombres por la desviación ideológica de los primeros patriarcas causada por la hegemonía del mal. 

Para esos tiempos del Antiguo Testamento la manera de actuar de los agentes celestiales era más utilizando la fuerza de las circunstancias y vivencias externas de los escogidos e incluso de los gobernantes y gente influyente en la política del mundo, que por acciones devocionales como cuentos por lo tanto era un trabajo sostenido de parte de los ángeles y del Espíritu Santo el propiciar dichas situaciones buscando con esto inspirar a los llamados “Patriarcas y Profetas”. 

El trabajo del Espíritu santo, tan vital para lograr la restauración del ser humano, era hecho de manera muy particular y restringido al no contar con la legalidad dada por la victoria del Ministerio de Jesús en la tierra y su posterior ascensión y ministración en el Santuario Celestial. 

En ese entonces el Santuario celestial no contaba con el sacrificio del cordero necesario para poder introducir legalmente las tendencias pecaminosas dentro del Lugar santo por lo tanto la acción directa sobre mentes pecadoras no era posible. Mucho menos contaba con la posibilidad de tener un Evaluador o Juez Supremo con el cual se pudiera dar en el Lugar santísimo la purificación definitiva del universo. 

Todo esto cambió drásticamente después de lo enseñado en estos dos versos, es decir después de la legalización por parte del Dios del universo de la victoria contundente y superlativa de Cristo en la tierra. 

A partir de allí, cuando se abren las puertas del Lugar santo para dar la bienvenida no solo a Jesús el gran triunfador, sino a un conjunto de no pocos seres humanos como tú y como yo representantes de todas las edades pasadas para aquel entonces, con sus tendencias pecadoras aun en su mente por causa de la naturaleza pecadora, se hacen realidad todos aquellos representados con los rituales del Santuario terrestre. 

Fue con la inmolación del “Cordero de Dios” que se dio la aplicación definitiva a la disposición legal sobre la necesidad de tener un Ser evolucionado representante de una raza no creada quien con sus méritos propios logrados más allá de sus capacidades naturales se erigiera como Sacerdote vestido de blanco con sangre limpia y pura para, con sus propias manos, introducir o permitir la entrada de la sangre contaminada, es decir de la Comuna humana resucitada y ascendida con Cristo, al departamento primer o Lugar Santo del Santuario celestial. 

Con esta entrada en el Cielo de seres humanos aun con naturaleza pecadora representada por un Ser Divino/humano aceptado jurídicamente por el mismo Dios preexistente, la intercesión como proceso restaurador cambió profundamente lográndose ahora enviar de manera legal al mismo Espíritu Santo quien de manera muy directa, amplia y expedita puede ayudar a quienes desean un cambio mental o de carácter. La presencia del Espíritu santo con nosotros y en nosotros (Luz emanada del candelabro del Lugar Santo) nos permite entender las enseñanzas contenidas de la Biblia (Panes de la proposición), con lo cual se nos abre el entendimiento de lo bueno y de lo malo a fin de producir en nosotros el arrepentimiento y la confesión para de esta manera aferrarnos a los méritos de Cristo (Altar del incienso) como nuestro sustituto y garantía. Al estar así justificados se nos abre el camino para recibir hechos con los cuales se nos posibilitará la obediencia perfecta de la ley. 

Gracias a ese trabajo iniciado con la entrada de Jesús en el cielo como el Gran vencedor sobre el mal, se pudo lograr aquello en lo cual habían fallado las generaciones anteriores de remanentes; Edén, mundo antediluviano, familia de Noé, descendientes de Abraham o Israel y el mismo pueblo judío, a saber, formando un remanente de humanos organizados socialmente con la ideología política de Dios a fin de poder ser el parámetro o caña de medir para las naciones del mundo. Esto se logró en 1844 cuando se inició el llamado tiempo del fin o momento desde el cual Dios ya puede juzgar a las naciones del mundo. 

Desde ese tiempo cuando Jesús entró a la misma presencia del padre para recibir el definitivamente el trono del universo, hecho descrito en Daniel 7 , ya no solo tenemos Cordero y Sacerdote sino también “Un Sumo sacerdote el cual puede compadecerse de nuestras debilidades habiendo sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” . Esto cambia drásticamente toda la labor intercesora y por ende la redentora.  

Ambiental : El Santuario celestial también debe ser entendido como la gran revelación de las leyes naturales de formación y de mantenimiento del ambiente universal. 

"Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino . " Hebreos 1:7,8 

Los diferentes modelos de gobierno imperantes en cada época de la historia del planeta, todos inspirados en la ideología del mal, han traído deterioro y decadencia a la naturaleza la cual cada vez más agota sus fuerzas de reservas para sostenerse, es decir de su capacidad nata para sobrevivir bajo los embates de un sistema económico explotador y exfoliador de sus componentes. 

La historia bíblica organiza la cronología mundial por medio de una estructuración en bloques conformados cada uno con cuatro imperios o modelos de organización de la política internacional, el primer modelo inicia sembrando la semilla de “cambio” la cual dará como fruto en la cuarta generación imperial la completa formación de un “nuevo” orden mundial con el cual queda perfeccionado del “sistema político del enemigo”. 

Así, cada uno de estos bloques han sido determinantes en el deterioro de la calidad de vida en el planeta tierra al irse perfeccionando las formas de explotación egoísta de sus recursos naturales. El último de estos bloques históricos se cuenta a partir de Babilonia cuando se le entrega la corona al paganismo, con esta conformación final el mundo llegaría a su nivel más alto de agotamiento de la fuerza vital de, los ecosistemas sostenedores de la vida lo cual haría imposible la supervivencia de la existencia humana sobre este planeta siendo la peor etapa de ellas la referida a Roma la cual con sus dos fases seria fulminante para el sostenimiento de la vida. 

Este sistema romano se muestra en la profecía bíblica como un sistema político muy diferente a los otros pero no para bien sino para mal saliéndose de la clasificación natural de involución de los humanos llegando a estados insospechados y muy difíciles de describir no quedando más sino mostrarlo como una “Bestia espantosa y terrible, y en gran manera fuerte” la cual destruye todo el ambiente y las sobras las hoya con sus pies. 

El surgimiento de este imperio universal “sorprendió” al pueblo de Dios sumido en una gran oscuridad ideológica o de política gubernamental lo cual le impidió convertirse en el faro universal para el cual Dios lo había llamado y enviado mensajeros celestiales angelicales y humanos en diferentes momentos históricos. 

Ya esta misma situación se había vivido en generaciones pasadas cuando también se completaron los cuatro componentes del bloque evolutivo de la política del enemigo, razón por la cual los cumplimientos proféticos referentes al desarrollo del fin o “Gran profecía” se habían pospuesto por intervención divina. 

En este tiempo de los judíos bajo el imperio romano o cuarto elemento del bloque evolutivo del mal, es decir, la Roma imperial, la tierra no tenía como seguir sobreviviendo razón por la cual se hizo indispensable la intervención de Jesús quien prorrumpió en este mundo oscuro de manera súbita viniendo a los suyos, no sin antes levantar Dios de nuevo “al mayor de los profetas pasados por la tierra” para prepararle el camino al “Mesías prometido” todo en ausencia de una acción efectiva de parte de su pueblo en la tierra. 

Como se puede notar en esta breve reseña histórica, todos los cumplimientos proféticos con los cuales se va llegando a la “Gran profecía” sobre el fin de la controversia entre las dos ideologías de gobierno han debido ser “forzados” por la intervención de Jesús y cada una de estas intervenciones marcan cambios importantes en la forma como se sostiene la vida de los ecosistemas en el planeta. 

El ecosistema terrestre en su plenitud venia en un colapso definitivo al ir perdiendo su propio sistema defensa y solo gracias al cambio sustancial sufrido por la llegada de Cristo con sus primicias al cielo y su posterior ascensión al Trono o del universo con el cual se convirtió en el gran sustentador de todo, ha podido alargar la vida del mismo planeta. 

Gracias a la posición jerárquica asumida por Jesús como “Sumo sacerdote” se ha podido enviar “energía excedente” al planeta para poder hacerlo subsistir durante estos últimos días pero aún más, en la medida en la cual nos adentramos en el siglo XXI, el peligro climático ya evidente aun a las mentes de los científicos mundiales hace necesaria la aparición de un pedacito de cielo preservado con agentes sobrenaturales el cual servirá de refugio para todos los salvos de esta generación. 

Un pequeño territorio ( Belén Efrata ) en el cual se organice una “Gran sociedad” ( Eklessia ) donde puedan “huir” o “salir”, de una “generación perversa” o ambiente irremediablemente contaminado por las últimas manifestaciones de la ideología del mal, quienes deseen alistarse bajo la bandera de la teocracia como sistema político alternativo en el mismo desarrollo de la gran batalla final. 

Solo Jesús como Creador de este planeta sentado en el Trono del universo y asumido por el mismo Dios preexistente como Dios Supremo, puede suministrar esta fuerza extra al sistema eco social que el mismo Creo con sus manos para poder hacerlo resistir en los días malos que están por venir sobre el planeta. 

Esta Fuerza extraordinaria por supuesto debe ser limitada, es decir, no puede ser por mucho más tiempo o eterna sin perjuicio de las estructuras legales existentes en el universo establecidos en el principio cuando Dios luz y Tinieblas pactaron por primera vez, por esa razón, terminada la ministración de Jesús en el Lugar santísimo del Santuario celestial el clima y el ecosistema pleno del mundo se destruirá sufriendo las consecuencias ineludibles de su contaminación haciéndose necesaria la formación de “cielos nuevos y tierra nueva donde más la justicia”. 

En resumen: 

Después de la primera conmoción de la naturaleza con el diluvio universal proveniente de las decisiones de Dios para resetear al mundo, las cosas cambiaron a nivel integral y el ambiente no fue la excepción en la misma medida en la cual la ideología egoísta de explotación indiscriminada de las riquezas planetarias se ha ido abriendo caminos para lograr su expansión el planeta ha sufrido graves consecuencias medio ambientales. 

Ha sido sin lugar a dudas a partir de la industrial cuando el sistema de saqueo y profanación de las riquezas naturales se ha ido incrementando exponencialmente pero también, la llegada de la explotación petrolera y sus consecuencias nefastas para la atmósfera y las mismas fuentes de agua con su respectiva contaminación producida por el asentamiento de grandes ciudades y abandono de los campos ahora tomados por las trasnacionales de la alimentación, han sido otros factores determinantes para la decadencia ambiental agregada en el pasado siglo XX. 

Durante todo este tiempo Dios ha venido interviniendo y purificando con sus fuerza algunos ambientes claves especialmente donde se asienta su pueblo afín de poderlos resguardar del deterioro físico de su cuerpo y lograr mejor conectividad con el mundo espiritual, pero ya entrado el siglo XXI el planeta “gime y clama” en espera de la redención y por eso Jesús, con su suprema autoridad por ser Creador y Redentor de todo, envía desde el Santuario una ayuda especial al planeta para sostenerlo mientras todo puede ocurrir. 

Por su parte el mismo universo también está siendo sostenido en su ambiente por la obra ministradora de Jesús como suprema autoridad del universo logrando con su ministración prolongar los tiempos de degeneración de loa ambientes celestiales los cuales por causa del pecado también fueron contaminados y por lo tanto también sufren deterioro el cual ahora está siendo evitado al recibir Jesús el Trono del universo.  

9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. 

Has amado la justicia La expresión griega usada aquí para mencionar la justicia hace referencia directa a la convicción mental sobre lo bueno y lo malo obtenida por Cristo en su ministerio en la tierra, es decir en su segundo ministerio. 

Por lo tanto esta expresión puede tomarse como una explicación más detallada del porque Jesús se convirtió en el Ser más alto y sublime del universo incluso a nivel gubernamental. Según se deja ver esta posición tan exaltada no la logró con su primer ministerio sino con el segundo el de la tierra cuya grandeza estribó justamente en no escatimar ser igual a Dios como cosa a que aferrarse y se anonadó hasta lo sumo. 

Fue la renuncia de su logro más preciado y el más grande obtenido por ser alguno en el universo lo cual lo hizo subir un nuevo peldaño en su ya avanzado proceso evolutivo, al punto de llegar a ser reverenciado por el mismo Dios preexistente, como lo corroboran muchos textos bíblicos, después de su ascensión al cielo. 

Esta idea termina de corroborar lo dicho ya en el verso tres cuando se planteó como la purificación de nuestros pecados se convirtió en el punto culminante de la vida de Cristo para lograr convertirse en el sustentador y gobernante supremo de todo el universo. 

La convicción plena de la veracidad y eficiencia de cada precepto de la ley de Dios por parte de Jesús es lo llamado “Amor” en la expresión “ Has amado la justicia” , es decir, Jesús es el Ser más convencido en todo el universo de la efectividad y beneficios producidos en la mente y cuerpo de cualquier ser creado si no viola ni con el pensamiento los preceptos Santos de la Ley provenientes de los principios más profundos emanados de la mente de Dios Padre. 

Aun cuando adquirió un nivel superior de autoridad, cada vez más elevado, en lugar de notar errores ideológicos o baches para mejorar de alguna de las semillas ideológicas de la mente del Dios preexistente, se convence más profundamente de su total perfección y cada vez está más ganado a la idea de que no hay nada para cambiarle a esa manera de Ser y de pensar y mucho menos de legislar. 

Jesús, con su mente híper evolucionada, con la cual pude llegar a entender el futuro como si fuera el pasado y leerlo con mucha claridad y pericia ideológica, no llega a vislumbrar la necesidad de ningún cambio en el primer pacto originario entre Dios luz y tinieblas e incluso no ve necesario el cambio de Cabeza para toda la eternidad aun cuando si para el desarrollo de la Gran controversia razón por la cual Dios confía plenamente en Él para darle el cetro de su reino, como lo expreso cuando dijo: “…Yo será a él Padre, Y él me será a mí hijo…”  

Las bases de las leyes de Dios son perfectas, eternas y santísimas no tienen necesidad de ningún cambio ni siquiera de alguien superior a Dios mismo, como de manera clara lo muestra este texto inspirado. Él único Ser capaz de poder evaluarla a fin de modificarla o mejorarla dice claramente “Yo no he venido abrogar la ley sino a cumplirla ” pero aún más, a amarla más profundamente. Por eso Dios m miso dijo de Él; Amaste la justicia

De seguro la experiencia de Jesús viviendo en esta tierra oscura con un cuerpo lleno de debilidades y limitantes mucho más obvias para alguien como Él quien había disfrutado de un cuerpo evolucionado a lo divino, debilidades entendidas como provenientes de la violación sistemática y ahora natural de las leyes de Dios, de seguro le hizo comprender por experiencia propia los resultados de la trasgresión de estas Leyes eternas y santas pero aún más aún, seguramente esta experiencia le hizo apreciar con mayor profundidad y vehemencia sus grandes beneficios. 

Sufrir las debilidades propias de haber nacido en un mundo gobernado por otras leyes e ideología diferente a la de Dios le dio acceso al conocimiento experimental del bien y del mal sin necesidad de vivir en su mente el deterioro del mal lo cual le hizo más difícil su vivencia en la tierra al nunca adaptarse a este sistema como si nos ocurre a los pecadores naturales, por eso nuestra vida nos parece soportable ya que realmente no sabemos lo que es vida por eso nos enamoramos de este sistema del mal llegando a despreciar el bien, esa no fue la experiencia de Jesús. 

Entender lo insensato de esta situación humana y lo terriblemente malo de las consecuencias de la misma sobre el planeta tierra y sobre cada individuo, teniendo que ver la enfermedad, la angustia, la muerte, la pérdida de energía por causa de las vejes, la pérdida de la sabiduría y de la inteligencia. el desorden organizativo de un sistema de gobierno egoísta y depredador, notar como las fuerzas humanas se coligan para el mal a pesar de ser objeto claro y evidente del favor divino y sin ningún motivo actuar de manera despectiva ye hiriente contra los agentes divinos enviados para su salvación llegando a aborrecer a quien más desea ayudarles y sentir Celos de quienes solo desean su bien, de seguro todo esto y más al ser vivido tan de cerca por Jesús lo hizo terminar de internalizar en su mente el aprecio irrestricto de las Leyes provenientes de aquella eternidad cuando pactaron Dios luz y tinieblas. 

y aborreció la maldad

Lógicamente este tipo experiencia lograda por Cristo sino la enfrentaba con sabiduría y voluntad férrea lo llevaría a la amargura, el desánimo e incluso a la intolerancia con lo cual se haría participante de la ideología del mal, pero en Jesús no fue así y ciertamente creo en Él un aborrecimiento, un sentir no conocido por su mente hasta ese momento, pero hacia la maldad lo cual le permitió asentarse más en el bien hacer. ¡Oh profundidad de la sabiduría de Dios! 

En la misma proporción en la cual se convencía por experiencia propia lo malo del mal, en lugar de amargarse, lamentarse, tenerse lastima o volverse vengativo, cada vez amaba más el bien convenciéndose de su benignidad y aborrecía la maldad muy profundamente al ver sus efectos en los seres humanos formados tan noblemente y de manera tan preparada para crecer y sin embargo por causa del pecado al verlos tan infelices y degenerados se afianzaba en el la idea de ayudarlos y rescatarlos. amándolos cada vez más en la medida en la cual más mal le hacían. 

Aborrecer aquí entonces denota sentir con mucha propiedad el mal del mal hasta llegar a entender plenamente la gran necesidad de obtener victorias sobre este flagelo y poder así ayudar a otros para también obtenerlas. ¡Haya pues en vosotros ese mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús!  

Por lo cual te ungió Dios 

Esta es la verdadera razón de un “ungimiento”, este es la verdadera virtud y la verdadera victoria de un ser humano sobre el mal y es la única virtud con la cual se nos puede acreditar algún mérito ante el cielo para ocupar un puesto de gobierno, a saber confirmar con nuestras propias convicciones más profundas y practicas a la Ley como Santa, Justa y Buena. 

Solo esta conformación mental nos capacitará, como capacitó a Jesús, para socorrer a otros y conducirlos por el camino del conocimiento del carácter del Dios eterno, siendo este el objetivo central de vida de un “Querubín cubridor” o de una “Raza cubridora”. 

Como se puede entender ahora, la unción para un ministerio especial no viene en primera instancia por capacidades heredas y desarrolladas como virtudes que hayan sido colocadas al momento de nuestra creación o procreación, no, ya está demostrado viene por la evolución causada por profundos deseos de ayudar desinteresadamente a quien se le respeta y se admira a pesar de no tener capacidades reales para hacerlo pero llevando las poseídas a su máxima exigencia. Así lo hizo Jesús. 

Él se ganó la unción al exigirse sin ningún miramiento, ni auto contemplaciones y mucho menos auto admiraciones, sin reclamar más derechos que los necesarios para cumplir su misión y sin esperar ningún otro premio que el ver satisfechas las necesidades de los demás, por eso se convirtió en el ser más grande del universo. el Dios tuyo. 

Al comportarse de esta manera, Jesús sembró semillas cuyo fruto certero seria visto, evaluado y admirado por el Ser a quien más amaba, por su razón de existencia, aquel a quien sentía le debía todo y por quien profesaba un gran respeto, admiración y reverencia.

Recordemos, Dios es Dios simplemente por tener todas las cualidades únicas necesarias para serlo y eso, creas tú o no, será la verdad más segura por toda la eternidad. Pero cuando tú, de manera personal e individual estás convencido de quien es aquel Ser ya existente fuera de ti y lo reconoces como Dios en tu vida llegando a sentir por Él todo lo antes descrito, entonces ese Dios cierto, eterno y preexistente se vuelve ahora tu Dios íntimo, personal, cercano, amigo y Rey. Así es Dios para Jesús y por eso el texto aclara esta relación exclamando “por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo”.  

Con óleo de alegría  

El ungimiento es un símbolo de bendiciones y de gozo como se puede corroborar en muchos textos bíblicos (ver por ejemplo Deuteronomio 28:40; Salmos 23:5; 92: 10 ). En este caso particular de Jesús ya no fue meramente un símbolo como se había mostrado, ahora era una realidad irrevocable, el Espíritu Santo simbolizado por el aceite tenía el camino libre para trabajar en la mente de quienes lo aceptan y producir el cambio de carácter para lo cual estábamos incapacitados. 

Esta nueva realidad produce la verdadera alegría para Dios Padre y para el mismo Espíritu Santo e incluso para todo el cielo quienes esperan con muchas ansias a sus maestros y guiadores del conocimiento del carácter de Dios. 

más que a tus compañeros. 

La obra lograda por Jesús es única, ningún otro ser en el universo la podía alcanzar. Gracias a sus méritos superiores Dios y el Espíritu Santo, seres preexistentes, pueden ir más allá de sus propios caminos establecidos y consiguen nuevos senderos legales para ayudar y servir a los perdidos, por esta razón aun cuando todos los seres del universo han ayudado y han sido “ungidos” por Dios gracias a su dedicación fiel a la labor de estabilizar la ideología divina como fundamento de la política universal, pero solo la labor de Cristo hizo aun posible esa misma labor de los demás actantes, por eso dice te ungió Dios más que a tus compañeros.

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